28 de agosto de 2006

Tira tu reloj al agua – Eugeni Bonet – VDO




Visiones táctil-lumínicas de una cinegrafía intuida

Tira Tu Reloj Al Agua es una película a contracorriente, un film insólito, tan abstracto como intenso, que se enmarca dentro del cine experimental menos convencional, si es que existe tal ramificación.
El escritor, curador y artista audiovisual Eugeni Bonet ha recogido el legado visual y conceptual de José Val del Omar para realizar un filme de montaje que recupera las imágenes –muchas de ellas inéditas-, del visionario cineasta granadino. Ensanchando sus significados y demostrando la vigencia de las concepciones cinegráficas de Val del Omar, más allá de su Tríptico elemental de España (especialmente de Aguaspejo Granadino y Fuego en Castilla), el largometraje no es sólo un homenaje póstumo sino también un obra personal, honesta y sorprendentemente novedosa, trazada con sabiduría y respeto por su máximo conocedor.




Breve cuestionario a Eugeni Bonet:

-Conociste a Val del Omar poco antes de morir, en el año 1980 cuando escribías Práctica fílmica y vanguardia artística en España, 1925-1981 junto a Manuel Palacio.¿Qué concepciones teníais, por aquellos días, del cine de Val del Omar? ¿Qué ideas surgieron de aquél encuentro; se barajó la posibilidad de realizar una obra conjunta?

Llegamos hasta VDO a raíz de un comentario muy elogioso en un libro que había comprado en Estados Unidos unos años antes: "Film as a Subversive Art" (El cine como arte subversivo), de Amos Vogel, una especie de libro de culto que acaba de reeditarse. Manuel le localizó en Madrid fácilmente, pero los films no llegamos realmente a verlos hasta su proyección en París. Lo que nos maravilló del encuentro con VDO es que estaba trabajando entonces con los mismos medios que nos atraían: super-8 y 16mm, vídeo y láser, proyecciones expandidas... Le tratamos, por así decirlo, de tú a tú, pese a que había una diferencia de casi cincuenta años entre su edad y la nuestra. A él, por otra parte, le gustaba rodearse de personas jóvenes.




-¿Cuándo surge la posibilidad de realizar un largometraje con el material filmado por Val del Omar, tanto de las imágenes inéditas como los del copión Ojalá?

Los herederos de VDO querían hacer algo con los materiales que había dejado inconclusos. Me consultaron al respecto y, de inmediato, me propuse yo mismo como candidato. Después de su muerte, siempre había sentido una gran curiosidad por despejar la incógnita que rodeaba el trabajo de VDO en sus últimos años, y creía tener la sensibilidad necesaria para abordar ese material en bruto e inédito. Sí había visto antes algunas imágenes. Pero no fue hasta el 2002 que empecé a sumergirme en sus imágenes y sus notas. De modo que ha sido un proyecto que se ha alargado casi tres años, hasta que se tiró la primera copia en septiembre de 2004. Aunque se alargó sobre todo por complicaciones técnicas y tropiezos de producción. La elaboración de las ideas y del film mismo no me tomó tanto tiempo, pues tenía muy claro el qué y el cómo.

-¿Cómo te has planteado la recuperación de esas imágenes? ¿Qué cuestiones han surgido a la hora de encarar el montaje, de elaborarlo digitalmente, a fin de respetar las concepciones de Val del Omar?

De hecho, yo hubiera querido montar en su soporte original al menos las partes en 35mm, a fin de mantener su esplendor, pero habría sido muy complicado por diversos motivos. En definitiva imposible. Los laboratorios y técnicos con los que trabajé, lo ratificaron: este proyecto, dada su complejidad, no hubiera podido llevarse a término de otra manera que con los recursos digitales de nuestro tiempo. Todavía más por el estrecho presupuesto con el que se contaba. Ni siquiera era posible plantearse el trabajo en alta definición, aunque hoy, apenas dos años después, supongo que sí lo sería.




-Tira tu reloj al agua está dividida en una serie de bloques introducidos por sendos títulos. ¿De qué manera estos bloques son interdependientes o se yuxtaponen entre sí? ¿Cuál es idea general que abarca toda la estructura, todo el sentido del film?

Yo distingo cuatro bloques o "movimientos", por utilizar un símil musical, además muy propio de VDO. El film se abre en Granada, con imágenes principalmente filmadas el año 1968, en un estilo documental que deriva hacia el sesgo lírico de lo que VDO llamaba "elementales" o "documentales abstractos". Luego se adentra en la Alhambra, convertida en parque temático recorrido apresuradamente por hordas de turistas que, como decía VDO, van "con el reloj en la frente". Es ahí que se descubre el sentido que tiene el título; en esta parte que tiene algunos pasajes que casi diría cómicos, como si se tratara de un film de Tati. El tercer movimiento constituye aparentemente una ruptura, por su carácter radicalmente abstracto: es lo que yo llamo "psicodelia metamística", las experiencias de "pictolumínica" de VDO. Me interesa particularmente este deslizamiento de lo documental a la abstracción. Pero, en cierto modo, el tema siempre es el mismo: Granada. ¡Todo es arabesco! Granada y VDO mismo, que toma un cierto protagonismo en la cuarta parte, elaborada esencialmente a partir de películas privadas en super-8 y 16mm. Un comentario de la revista inglesa "Vertigo" interpretaba que yo había inscrito mi firma en esta última parte, al incorporar a VDO como sujeto de unas imágenes suyas, pero en definitiva reelaboradas por mí. Yo creo que esta parte final ata todo el film, da una unidad a estas "variaciones sobre una cinegrafía intuida". Pero también me gusta su consideración como "una película de películas", como se decía en otra reseña.




-La música del grupo FMOL Trio forma la banda sonora, entre las voces en off de Val del Omar y otra más enunciativa que recalca las diferentes fases del film. ¿De qué manera te cuestionaste el trabajo sonoro del film?

Dos consideraciones. Primera: por desgracia no creo tener las habilidades demostradas por VDO en la elaboración de las bandas sonoras de los films que él terminó de su propia mano, composiciones que tienen un vigor intrínseco y muy próximas a la música concreta. Segunda: al no contar con indicaciones sobre cómo habría sonorizado VDO estas imágenes, de inmediato propuse acudir a algún compositor o grupo de los que utilizan instrumentos electrónicos, samplers, platos tocadiscos, etc. Es decir, que fuera una banda sonora muy contemporánea. Antes que empezara a meterme de lleno en la realización del film, asistí a un concierto del FMOL Trio y pensé que su música podía encajar en la idea que yo tenía. Por otra parte, la interacción fue muy interesante porque, inicialmente, cada columna –imagen, sonido– se trabajó por separado, a partir meramente de algunas ideas generales. Y en una segunda fase, entramos en una dinámica de remezclas (por su parte) y ajustes de edición (por la mía), sin que pueda decirse que el film haya sido montado sobre la música, pues aquello que debía prevalecer eran las poderosas imágenes de VDO. Pero entre éstas y la música compuesta separadamente había una coincidencia de ritmos que me facilitó el casamiento de ambos elementos.




-¿Dónde situarías la figura de José Val del Omar dentro del panorama internacional del cine experimental? ¿Qué destacarías de su capacidad para ingeniar avances técnicos de carácter cinematográfico (sistema diafónico, Tactilvisión, diamagneto binaural, formato Bi-standard, copiadora Intermediate 16-35mm…)?

VDO pertenece, generacionalmente, a la estirpe de las primeras vanguardias. Pero todos quienes conocen su obra admiran su modernidad, su actualidad, su anticipación visionaria... VDO, pues, estaría más cerca del cine experimental moderno –aquel que aparece desde el ecuador del siglo pasado– y de las corrientes artísticas multimedia. Por eso sigue sorprendiendo e interesando a los jóvenes. En cuanto al aspecto técnico, su cacharrería no tiene tanta importancia como sus descubrimientos o anticipos estéticos. VDO fue, efectivamente, un inventor, pero sus mayores invenciones son de orden artístico. De hecho, sus hallazgos técnicos se fundamentan en cosas muy simples, pero de un resultado extraordinario; por ejemplo la tactilvisión o los elementos que ingenió para sus "ensayos de pictolumínica".

-¿Cómo valoras la película Tira tu reloj al agua respecto a tus obras audiovisuales anteriores, tanto en el campo del cine experimental como del vídeo-arte?

Un colega que conoce bastante bien mi obra se sorprendió porque, al haber trabajado sobre los materiales de otro autor –y alguien de personalidad tan acusada como VDO–, pensaba que sería algo muy distinto, fuera de mis rasgos de estilo por así decirlo. Pero le pareció que, al contrario, estaba muy en consonancia con toda mi trayectoria. Lo cierto es que no he pretendido expresamente imponer mi sello, justamente por el respeto que VDO me merece. Desde luego, la única manera por la que yo me sentía capaz de acometer un reto de tal calibre, era adueñándome plenamente de ese material ajeno puesto en mis manos.