1 de julio de 2016

Scratch, Crackle & Pop! Steven Woloshen. Scratchatopia Books (2015)



Publicado en FOUND FOOTAGE MAGAZINE

Scratch, Crackle & Pop!, Steven Woloshen
Montreal: Scratchatopia Books, 2015, 106 pp.

English version:

It has been about thirty years since filmmaker Steve Woloshen started experimenting with handmade, cameraless film techniques producing abstract animation drawn onto celluloid. His film output is one of the most extensive and prolific filmographies in such a specific field as cameraless cinema. The filmmaking trajectory of this Montreal born artist has been developing alongside his pedagogical occupation concentrated upon countless workshops persistently organised in various film schools, festivals and art centres. Woloshen has combined his instructional job with writing in which he discusses visual possibilities of analogue film formats as a support for a personal cinematic expression. After publishing Recipes for Reconstruction: The Cookbook for the Frugal Filmmaker in 2010 – where he explored the decay of film emulsion and its aesthetic potentialities for creating moving images – now, in his latest book, Scratch, Crackle & Pop!, he exhibits his knowledge of numerous cameraless filmmaking techniques exemplified by his own films.

As a result, this self-published volume of 106 pages shares an artisan know-how that encourages the readers to implement the avant-garde animation resources. And it does so by virtue of being conceived as a practical guidebook whose instructions are aimed to raise visually-based artistic concerns and interests by means of precise explanations suitably accompanied by photographic material. In order to define thoroughly the experimental handmade strategies he has been putting into practice over the course of his filmmaking career, the author focuses his attention on three lines of action: one explores the techniques of scratching on film, another enables to paint the celluloid, and the third one combines the other two opening new perspectives ranging from a collage to the use of numerous tricks revelead intuitively on the basis of a trial/error. By having divided the volume into three distinctive sections, Woloshen starts from the general framework and proceeds to immerse himself in the specific observations. Describing the basic tools used for scratching, tearing, drawing, painting, colouring, altering, cutting out and sticking on opaque or transparent film, the filmmaker remarks on the practical solutions he has been finding out when dealing with his own pieces of work. In this way, these three sections are perfectly analyzed following a string of case studies featuring the thirteen films on a DVD included with the book.

When viewing these films, one catches a glimpse of the influences Woloshen has received from both New Zealand artist Len Lye and Canadian animator Norman McLaren: a stroke of expressionist abstraction in the play of patches together with a naïf tone in the linear solutions. Amongst all the added pieces the confluence of visual compositions of vibrant colours and jazzy arrangements of acoustic instrumentation and frenzy rhythms is particularly interesting. Cool jazz is a music genre which finds its supreme representation in a fever of blinking forms in coincidental synchronies with the piano notes by Dave Brubeck (Cameras Take Five, 2003) and Oscar Peterson (Playtime, 2009), or the vibrophone notes by Lionel Hampton (1000 Plateaus, 2004- 2014).

Numerous black and white photographies, colour frames, the two 35 mm film fragments expressly added on page 18 and, above all, the DVD contents make Scratch, Crackle & Pop! a highly recommendable publication both for the neophytes and the well versed in the subject area. The latter will get hold of an extra reference text discussing the possibilities of the cameraless cinema, which deserves to be placed beside the manual Recipes for disaster: A Handcrafted Film Cookbooklet (compiled by the late American animator Helen Hill) or the exhibition catalogue Zelluloid (held at Schirn Kunsthalle, Frankfurt in 2010) which included pieces of work by such artists as Stan Brakhage, José Antonio Sistiaga, Emmanuel Lefrant and Jennifer West, amongst others.

Versión en español:

Hace unos treinta años que el cineasta Steve Woloshen experimenta con las técnicas manuales de cine sin cámara para crear filmes de animación abstracta sobre celuloide. Su filmografía es una de las más extensas y prolíficas en un terreno tan específico como es el del cine sin cámara. La trayectoria fílmica de este canadiense nacido en Montreal se completa con una tarea pedagógica desarrollada en innumerables talleres, impartidos persistentemente en el marco de diferentes escuelas de cine, festivales o centros de arte. Woloshen complementa esta labor didáctica con la escritura de libros que debaten las posibilidades plásticas de los formatos fílmicos analógicos como soporte para una expresión cinematográfica personal. Si en 2010 escribió Recipes for Reconstruction: The Cookbook for the Frugal Filmmaker –sobre la descomposición de la emulsión y sus potencialidades estéticas para la creación de imágenes en movimiento–, ahora publica este nuevo Scratch, Crackle & Pop! en el que demuestra su conocimiento sobre las múltiples técnicas del cine sin cámara, ejemplificadas a través de sus propias películas.

Consecuentemente, la edición que tenemos entre manos comparte un saber de ámbito artesanal que incentiva la implementación de recursos de animación vanguardista por parte de los lectores. Esto sucede así porque este libro autoeditado, que consta de 106 páginas, está planteado como un manual práctico, un seguido de instrucciones que despiertan inquietudes artísticas de raíz plástica, mediante explicaciones precisas, perfectamente acompañadas de material fotográfico. Para definir detenidamente las estrategias manuales que ha introducido experimentalmente a lo largo de toda su carrera fílmica, el autor se detiene en tres líneas de actuación: la centrada en las técnicas que facilitan rascar la emulsión; la que permite pintar el celuloide y una tercera que une las dos anteriores, añadiéndole otras perspectivas que van del "collage" al uso de múltiples trucos, descubiertos intuitivamente a base de ensayo/error. Al dividir el volumen escrito en tres grandes bloques, Woloshen parte de lo general para inmiscuirse en lo particular. Describiendo las principales herramientas para rascar, rasgar, dibujar, pintar, colorear, alterar, recortar y enganchar sobre película opaca o transparente, el cineasta comenta soluciones prácticas que él mismo ha ido encontrando al enfrentarse a sus piezas. Es por ello que estos tres apartados quedan perfectamente analizados en un seguido de casos de estudio protagonizados por las trece películas incluidas en el DVD-- que acompaña al libro.

Es al visionar los films cuando se entrevé la influencia que Woloshen ha recibido tanto del artista neozelandés Len Lye como del animador canadiense Norman McLaren. Un trazo de abstracción expresionista en el juego de las manchas, sumado a un tono naíf en las soluciones lineales, así lo indican. Entre todas las piezas añadidas cabe remarcar las conjunciones que se establecen entre las composiciones visuales de colores vibrantes y los temas jazzísticos de instrumentación acústica y rítmica acelerada. El "cool jazz" es el género musical mejor representado en un frenesí de formas parpadeantes que hallan sincronías casuales con las notas de piano de Dave Brubeck –Cameras Take Five (2003)– y Oscar Peterson –Playtime (2009)–, o con las tonalidades del vibráfono de Lionel Hampton –1000 Plateaus (2004-2014)–.

Las innumerables imágenes fotográficas en blanco y negro, los fotogramas en color, los dos fragmentos de celuloide de 35 mm expresamente añadidos en la página 18 y, sobre todo, el contenido del DVD, hacen que Scratch, Crackle & Pop! sea una más que recomendable publicación sobre la materia, tanto para neófitos como para avezados. Estos últimos contarán con un texto de referencia adicional que versa sobre las posibilidades del cine sin cámara merecedor de colocarse junto al manual epistolar Recipes for Disaster. A Handcrafted Film Booklet –compilado por la malograda animadora norteamericana Helen Hill– o el catálogo de la exposición Zelluloid –acontecida en 2010 en el Schirn de Frankfurt, donde se incluyeron trabajos de Stan Brakhage, José Antonio Sistiaga, Emmanuel Lefrant y Jennifer West, entre muchos otros–.

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